“La Nueva Educación Pública demanda tiempo, perseverancia y paciencia, pero por sobre todo, vocación”. (Colaboración del área de Educación del Servicio Civil)
Marcelina Lucero Olivares es directora de la Escuela Teniente Hernán Merino Correa de Limache, seleccionada con apoyo del Servicio Civil y la Alta Dirección Pública. Educadora de Párvulos y Magíster en Liderazgo, Gestión y Administración Educacional; diplomada en gestión y administración educacional, evaluación para los aprendizajes y Liderazgo e Innovación para la gestión del Cambio en las Instituciones Escolares, cuenta con 30 años de experiencia profesional y colabora en la elaboración de material pedagógico y didáctico en uso de TICs para docentes del Programa Enlaces.
Marcelina Lucero sostiene que mejorar la Educación Pública requiere de tiempo, con el que muchas veces los niños no cuentan.
¿Qué significó para usted ser seleccionado a través del Sistema de Alta Dirección Pública (ADP)?
El proceso de selección por ADP significó para mí una oportunidad de aprendizaje tanto profesional como personal, dado que las distintas etapas del proceso suponen un desafío que demanda sintetizar los conocimientos técnicos, el dominio de las políticas educacionales y las experiencias laborales en dar respuesta al perfil solicitado por el sostenedor, y a mi juicio, creo que es un proceso transparente y serio orientado a seleccionar los postulantes con mejores competencias para desempeñarse en el cargo. En lo personal, considero que el proceso brinda la oportunidad de contribuir en una comunidad educativa a desarrollar el Proyecto Educativo Institucional y el logro de sus objetivos para la formación integral de sus estudiantes y hacer de ellos, niños y niñas más felices, donde la educación, sea efectivamente el medio para que se conviertan en ciudadanos que aporten a la construcción de una mejor sociedad.
¿Qué ha significado para usted liderar, en su establecimiento, el proceso de mejora de la Calidad de la Educación?
Liderar un establecimiento educacional es una oportunidad de crecimiento, aunque no es fácil, ya que la teoría muchas veces es bastante diferente en la práctica. Liderar el cambio en un establecimiento requiere de un tiempo, que muchas veces, no se cuenta, porque los docentes y estudiantes no pueden esperar a que el cambio cultural se efectúe, para recién iniciar la mejora de la calidad de la educación. Pero en mi caso, este camino ha sido apoyado ampliamente por el sostenedor, los procesos de acompañamiento e inducción en los inicios del desempeño del cargo, son fundamentales para un director novel. En Limache los directores nuevos hemos sido beneficiados por un acompañamiento permanente en todos los ámbitos de nuestro desempeño, semanalmente nos reunimos en el consejo de directores, liderados por la directora de educación, para coordinar acciones en beneficio del avance de cada comunidad educativa.
Considero que el acompañamiento tanto en lo técnico como en lo administrativo, por parte del sostenedor, favorece a que durante el desempeño del cargo se logre establecer dirección y se rediseñe la comunidad educativa, además de colaborar también en el desarrollo del personal. Esa sinergia y trabajo colaborativo entre el sostenedor y el consejo de directores de una comuna contribuye a la mejora de la calidad de la educación en toda una comuna y al interior del establecimiento a fortalecer el Proyecto Educativo Institucional (PEI).
¿Qué desafíos exige, según su vivencia, ser un director hoy en el marco de los nuevos cambios que implica la Nueva Educación Pública?
El desempeñarse en un establecimiento educacional en la actualidad requiere de grandes desafíos personales y profesionales. La Educación demanda de directores que cuenten con amplios conocimientos técnicos para apoyar y colaborar con los docentes en la implementación curricular, además de liderar, junto al equipo técnico el modelo pedagógico establecido en el PE. Junto a lo anterior, el ser director también requiere contar con competencias conversacionales y que sepan gestionar emociones en el personal, en los estudiantes, madres, padres y apoderados.
Hoy en día, el director debe estar muy presente en la comunidad educativa, en el patio con los estudiantes, en todo momento dispuesto a apoyar a los docentes, escuchar a los apoderados y que realmente su desempeño esté centrado en lo pedagógico, donde el aprendizaje de los estudiantes sea el principal objetivo. Todo esto demanda tiempo, iniciativa, perseverancia, paciencia, pero por sobre, todo vocación.
Otro desafío que impone a un director, la Nueva Educación Pública, es la actualización permanente de conocimientos, en el ámbito de la didáctica, la neurociencia, las políticas públicas, pero por sobre todo en el ámbito de la sicología para comprender los procesos de los estudiantes y acompañar a los docentes en su desempeño profesional.