Entrevista a Representante del Consejo ADP: Maritzaida Rojas Astudillo

Viernes 25 de Noviembre, 2016
a a a

Según la ley N° 20.501 de Calidad y Equidad de la Educación, la Alta Dirección Pública participa en el proceso de selección de directores de escuelas y liceos municipales, a través de representantes del Consejo de ADP, cuya tarea es integrar la Comisión Calificadora Independiente, responsable del concurso.

Maritzaida Rojas Astudillo es profesora de Estado en Matemáticas y Ciencia de la Computación, actualmente se desempeña como directora Académica del Centro de Educación y Capacitación de la Universidad Católica del Norte. Desde el año 2014 ejerce como representante del Consejo de Alta Dirección Pública ante las comisiones calificadoras encargadas de la selección de directores de establecimientos educacionales y de jefaturas DAEM de menos de 1.200 alumnos, garantizando que se cumpla la legalidad vigente, así como los lineamientos y/o procedimientos establecidos para estos procesos.

La profesional señala que la selección de directores con apoyo de la ADP permite objetivizar el proceso “ya que el foco está en los desempeños y en variables que contribuyen a identificar al candidato apropiado para cada establecimiento específico”.

¿Qué ha significado para usted participar en procesos de concursabilidad de directores, en el marco de la Ley N°20.501?

En este aspecto quiero destacar dos ámbitos de significancia, personal y profesional porque creo en la educación pública de calidad y soy una convencida que con líderes idóneos podemos avanzar en la reposición social de ésta. Personal debido a que mis primeros años de escolaridad fueron realizados en la Escuela de El Salado, pueblo minero de la Tercera Región. Mi recuerdo de esa época, es el de una escuela donde el compromiso, directrices e involucramiento del director y los docentes era reconocido por toda la comunidad, época en que la educación púbica era valorada, reconocida y respetada por todos, donde los padres eran parte de la escuela, convirtiéndose en una gran comunidad educativa. Hoy puedo hacer la transferencia y decir que había un gran equipo de trabajo, cuyo líder era el Director, quien guiaba y orientaba a su equipo en pos de un propósito específico, “desarrollar aprendizajes significativos y perdurables en el tiempo, asociado a valores y actitudes que serían nuestra base para ser grandes personas”.

En el aspecto profesional he podido operacionalizar mis experiencias y conocimientos en un ámbito distinto al “enseñar” como tal, es decir fuera del aula, en otros contextos vinculados al ámbito educativo. En mis casi 30 años en contacto con el mundo educacional, he conocido realidades muy diversas, algunas exitosas y otras no tanto, experiencias urbanas y rurales, públicas y privadas, lo que me ha permitido identificar variables y factores que contribuyen a que los espacios educativos sean de calidad y cuyo propósito sea el formar personas integrales, tanto en el saber como el ser. En el transitar del tiempo y de concocer diferentes establecimientos educacionales he podido identificar que una de las variables importantes que contribuye en que un establecimiento sea éxito en sus propósitos y principios declarados, depende del líder y cómo este involucre a su equipo de trabajo en cumplir lo declarado en el Proyecto Educativo.

Cada establecimiento necesita de un director que comprenda su cultura, la organización y comunidad que lo forma, para que pueda lograr buenos resultados, que sea un líder que forme equipos colaborativos, que integre a la comunidad, que tenga claro los objetivos que se persiguen y que responda en el propósito fundamental, educar a nuestros estudiantes y contribuir en formar personas integrales para que se desenvuelvan en la sociedad.

Contribuir responsablemente con mis conocimientos y experiencia en los procesos de selección, con el objetivo de volver a reposicionar la educación pública, ha sido gratificante y un gran desafío, pero consciente que nuestra educación pública necesita de líderes comprometidos, visionarios, gestionadores y de grandes cualidades personales.

¿Qué ventajas evidencia en la selección de directores, mediante este nuevo proceso de concursabilidad?

Puedo mencionar al menos tres ventajas, la primera y tal vez la más importante, se basa en que es un proceso formal, con un diseño bien estructurado, que se desarrolla bajo los principios declarados de la Alta Dirección Pública. La segunda se relaciona con las bases que se difunden y la información que esta contiene, que contribuyen principalmente a que los interesados no tomen decisiones a ciegas o bajo supuestos, ya que se declara toda la información relacionada al perfil del candidato, establecimiento y convenio de desempeño. La tercera, que el énfasis está en las competencias que han desarrollado los postulantes a través del tiempo, lo que permite objetivizar el proceso ya que el foco está en los desempeños y en variables que contribuyen en poder identificar el candidato apropiado para un establecimiento específico.

¿Qué aportes concretos estima usted que este proceso de selección aportará a la educación pública de nuestro país?

Este mecanismo de selección contribuye a la educación pública seleccionando líderes según las características y desafíos especiíficos de cada establecimiento, colaborando en el fortalecimiento no tan solo de la gestión pedagógica y curricular, sino también en la gestión escolar y el clima organizacional,  lo que repercute directamente en la calidad de los aprendizajes de nuestros estudiantes, siendo estos más significativos y perdurables en el tiempo.